It’s funny how losers in civil wars sometimes turn to terrorism.
CABINDA, ANGOLA — OK, how many of you remember the civil war in Angola? It was unfortunately like a lot of civil wars that beset Africa in the 1900s (Nigeria, Rhodesia/Zimbabwe, South Africa, etc.). Lots of civilian deaths (I don’t think that is why they call them ‘civil’ wars).
This one came after Angola attained its independence from Portugal in 1975 (it had been a colony for four centuries!). The two main groups that fought for this status were the People’s Movement for the Liberation of Angola (MPLA) and the anti-communist National Union for the Total Independence of Angola (UNITA). The former won.
It is not rare for groups that fight colonial overlords to be seen either as freedom fighters or as terrorist organisations. It is all about perspective. Not too surprisingly those in power view those trying to take over as terrorists.
In the aftermath of the Angolan war for independence UNITA decided it was not yet ready to give up the fight. It began to battle MPLA which it had battled alongside against the Portuguese. It gets complicated.
The violence was set within the Cold War, meaning that the two superpowers backed different factions. UNITA received aid initially from China and then the US and South Africa while the MPLA was backed by the Soviet Union and Cuba. I told you it was complicated.
Some of what UNITA did can only be called terrorist in nature. On this day in 1984 UNITA blew up an oil pipeline in Cabinda province, killing 22 people, including ten from the same family. A further 55 were wounded.
By the time the civil war was over, after more than a quarter century, more than 500,000 people had died and over a million were internally displaced. Not all of them died in terrorist attacks, but some did. Yet another reason why war is a stupid idea.
One reply on “Bomb attack in Angola (July 15, 1984)”
EL 19 DE ABRIL ES EL DÍA EN MEMORIA DE LAS VÍCTIMAS DEL ATENTADO TERRORISTA EN HUAMBO.
El 19 de abril de 1984, a las 16:45 horas, un vehículo cargado con 350 kg de trinitrotolueno (TNT) explotó cerca de un edificio de 11 pisos en la céntrica calle Huambo. En este momento, los trabajadores humanitarios cubanos regresaron al edificio en el que vivían. La explosión sacudió y destruyó gran parte del objeto.
La detonación segó la vida de 15 constructores internacionalistas cubanos y de diez civiles angolanos, incluyendo entre estos a mujeres y niños.
La onda expansiva del artefacto dinamitero causó también cerca de un centenar de heridos de ambas nacionalidades, de ellos 66 cubanos: 34 mujeres y 32 hombres, en su mayoría constructores y personal de la educación y algunos de salud pública que cumplían la misión de impartir clases, curar enfermos, construir viviendas.
Contrariamente a lo divulgado por la prensa occidental, en ese edificio no residía un solo militar cubano o de otra nacionalidad, sino exclusivamente trabajadores civiles de la Isla, entre ellos un elevado número de mujeres.
Los primeros en ayudar a los heridos fueron los médicos soviéticos. Y como el hospital carecía de sangre donada, dieron la suya. Los geólogos de la empresa conjunta soviético-alemana Wismut también se unieron a las filas de los donantes. Accidentalmente se encontraron en este momento en el hospital. Allí estaba su colega y le trajeron fruta fresca.
Cuántas personas se han salvado, gracias a estos donantes, es difícil enumerar. Sus nombres no se conservan. Como en Angola, las enfermeras no pidieron nombres (debido al analfabetismo de la población local), sino que tomaron una huella dactilar. Pero un nombre se conservó accidentalmente. Es geólogo alemán J.Muller. En 1986, participó en las consecuencias del accidente en la central nuclear de Chernobyl en Ucrania. Más tarde, murió de una enfermedad por radiación.
Luego, durante la guerra civil de Angola, muchas familias en Cuba, la URSS y la RDA, también perdieron parientes. Pero participar en una misión internacional es un acto de su propia voluntad. Muchos, en los países de la antigua URSS, hasta el día de hoy están orgullosos de lo que han hecho.
Gracias a las muchas bajas de los voluntarios, se mantuvo la independencia de Angola.
¡Gloria eterna a los difuntos!